Una visita atolondrada a Cafayate me reveló para siempre que el precio de una botella tiene menos relación con su contenido que con su etiqueta. Arriba de esa módica verdad que ya todos manejan, la torre de Babel de los entendidos. Basta leer la contratapa de un vino para saborear esa prosa estandarizada (en boca,