Caetano Veloso hace más de diez años que se había vuelto demasiado intimista o demasiado burgués (según el pintor que lo retrate). Hacía esos shows sentado, con una gran orquesta atrás, vestido de traje, engominado, bueno, encarnando a ese caballero de fina estampa, el que oímos en el homenaje a Fellini, el que cantó en.


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