Oigo un ejército cargando sobre el llano,
Y el trueno de caballos sobre el agua, en las rodillas la espuma:
Arrogantes, en armaduras negras, tras ellos,
Desdeñando las riendas, con los agitados látigos, los aurigasGritan sus nombres de batalla a esta noche:
me quejo aún dormido con sus risas estruendosas a lo lejos.
La penumbra del sueño hienden, una llama cegadora,
Dándome golpes, golpes en el corazón como si fuera un yunque.Salen triunfantes con sus verdes cabelleras
Salen del mar y corren por la orilla dando gritos.
Mi corazón, ¿no tienes juicio que desesperas así?
Mi amor, mi amor, mi amor, ¿por qué me abandonaste?