Uno siempre se pregunta, ante una banda que actúa cohesivamente como tal, cuál es el componente de cada miembro. Uno se vio tentado a pensar que Freddie Mercury era Queen, e invariablemente fue desasnado cuando escuchó “Mr. Bad Guy”, su primer disco solista. Uno se vio tentado a pensar que Roger Waters era Pink Floyd, pero la carrera de Waters no se parece a la carrera de Pink Floyd, y lo que quedó de Pink Floyd se parece sospechosamente a David Gilmour. Mi más viva curiosidad acerca de cuál era el componente Yorke en Radiohead fue lo que más me indujo a escuchar el sorpresivo disco, que saldrá el diez de Julio próximo.
Lo primero que salta al oído es la austeridad (que alguno equivocará usando la palabra minimalismo): parecería que Yorke se las arregla con una caja de ritmos, su voz y algunos pads. Salvando distancias geográficas y temporales, este disco me trajo a la memoria el Clics Modernos de Charly García, donde cada tema está basado en un patrón rítmico (en esa época un drum machine 808, para The Eraser una laptop de última generación) y unas pocas capas instrumentales arriba. Sin embargo, aquí Yorke trabaja casi exclusivamente la base con sonidos que pulsan. Me apuro a agregar que estos sonidos representan notas, pero estas notas funcionan como guías armónicas unas veces, y como texturas otras, que se complementan con delgados colchones de acordes, frecuentemente disonantes, que poco agregan a la intuición tonal de lo que sucede. El experimento es harto interesante, porque la función armónica la cumple en su mayor parte la voz, que es por definición monotonal, y en este caso aún privada de coros: a diferencia de los últimos discos de Radiohead, esta vez está en primer plano y despojada de efectos; la guitarra prácticamente está ausente, y las canciones son notoriamente homogéneas.
La canción que llama inmediatamente la atención es Atoms for Peace, por el trabajo melódico de Yorke, en total dominio de su voz. Yo resaltaría “Cymbal Rush” (conocida ya por los fans de Radiohead) y “And It Rained All Night”, aunque es difícil resaltar canciones en el parejo “The Eraser”. Líricamente el cantante de Radiohead es tan ambiguo como siempre, y el componente político no está ausente: el título “Atoms for Peace” es una referencia a cierto discurso de Eisenhower, mientras que “Harrowdown Hill” es el lugar donde se suicidó David Kelly, el del escándalo de las bombas de destrucción masiva en Inglaterra. Rescato una letra, sin embargo, casi joyceana en su intraducible prosodia, que es metáfora de la naturaleza rítmica de este disco preciosista e íntimo que es “The Eraser”:
And it rained all night and washed the filfth away Down New York airconditioned drains The click click clack of the heavy black trains A million engines in neutralThe tick tock tick of a ticking timebomb Fifty feet of concrete underground One little leak becomes a lake Says the tiny voice in my earpiece So I give in to the rhythm The click click clack I’m too wasted to fight back Tick tack goes the pendulum on the old grandfather clockI can see you But I can never reach you And it rained all night and then all day It’s relentless So how come it looks so beautiful? I can see you I can see you |
Y llovió toda la noche y se llevó toda la suciedad por los desagües ambientados de New York. El clic-clic-clac de los negros y pesados trenes un millón de motores en neutro.El tic-toc-tic del tic-tac de una bomba de tiempo, quince metros de concreto subterráneo una pequeña filtración se vuelve un lago (dice la vocecita en mi auricular) así que me rindo al ritmo el clic-clic-clac estoy demasiado consumido para combatirlo tic-tac dice el péndulo del viejo reloj del abuelo.Te veo, pero nunca puedo alcanzarte. Y llovió toda la noche, y después todo el día, Es incansable ¿Cómo puede ser que sea tan hermosa? Te veo, |