Traducción y Notas sobre “Masters of War” (“Señores de la guerra”), de Bob Dylan

Come you masters of war
You that build all the guns
You that build the death planes
You that build the big bombs
You that hide behind walls
You that hide behind desks
I just want you to know
I can see through your masks

You that never done nothin’
But build to destroy
You play with my world
Like it’s your little toy
You put a gun in my hand
And you hide from my eyes
And you turn and run farther
When the fast bullets fly

Like Judas of old
You lie and deceive
A world war can be won
You want me to believe
But I see through your eyes
And I see through your brain
Like I see through the water
That runs down my drain

You fasten the triggers
For the others to fire
Then you set back and watch
When the death count gets higher
You hide in your mansion
As young people’s blood
Flows out of their bodies
And is buried in the mud

You’ve thrown the worst fear
That can ever be hurled
Fear to bring children
Into the world
For threatening my baby
Unborn and unnamed
You ain’t worth the blood
That runs in your veins

How much do I know
To talk out of turn
You might say that I’m young
You might say I’m unlearned
But there’s one thing I know
Though I’m younger than you
Even Jesus would never
Forgive what you do

Let me ask you one question
Is your money that good
Will it buy you forgiveness
Do you think that it could
I think you will find
When your death takes its toll
All the money you made
Will never buy back your soul

And I hope that you die
And your death’ll come soon
I will follow your casket
In the pale afternoon
And I’ll watch while you’re lowered
Down to your deathbed
And I’ll stand o’er your grave
‘Til I’m sure that you’re dead

Vengan señores de la guerra,
ustedes que construyen todas las armas,
ustedes que construyen los aviones de muerte,
ustedes que construyen las grandes bombas,
ustedes que se esconden detrás de paredes,
ustedes que se esconden detrás de escritorios,
sólo quiero que sepan
que puedo ver detrás de sus máscaras.

Ustedes que nunca hicieron nada
excepto construir para destruir,
ustedes juegan con mi mundo
como si fuera juguetito de ustedes,
ponen un arma en mi mano
y se esconden de mis ojos
y se dan vuelta y corren alejándose
cuando vuelan rápidas las balas

Como antes Judas,
mienten y engañan.
Una guerra mundial puede ganarse
(me quieren hacer creer)
pero veo a través de sus ojos,
y veo a través de sus cerebros,
como veo a través del agua
que corre por mi alcantarilla.

Ustedes ajustan los gatillos
para que otros disparen
y luego retroceden y observan.
Cuando el número de muertos asciende
se esconden en sus mansiones
mientras la sangre de los jóvenes
se escapa de sus cuerpos
y se entierra en el barro.

Ustedes arrojaron el peor miedo
que alguien pudo haber lanzado:
el miedo a traer niños
al mundo
por amenazar a mi hijo
aún no nacido, sin nombre,
no merecen la sangre
que corre por sus venas.

¿Cuánto sé
como para hablar cuando no corresponde?
Ustedes podrían decir que soy joven,
podrían decir que no tengo educación,
pero hay una cosa que sé,
pese a ser más joven que ustedes:
incluso Jesús nunca
perdonaría lo que ustedes hacen.

Déjenme preguntarles una cosa:
¿el dinero que tienen es tan bueno
como para comprarles el perdón?
¿Piensan que tendría ese poder?
Creo que se darán cuenta
cuando les llegue la hora de la muerte
que todo el dinero que ganaron
nunca servirá para recuperar sus almas.

Y espero que mueran
y que la muerte les llegue pronto;
yo seguiré sus ataúdes
en la pálida tarde,
y observaré mientras los bajan
hasta su lecho último,
y me quedaré parado frente a sus tumbas
hasta asegurarme que estén muertos.

Notas:

El tema fue escrito (o copiado de Nottamun Town, con otra letra) en 1963. Ese año puede sugerir mucho: puede sugerir la guerra de Vietnam, Nixon, Lyndon Johnson, las marchas por la paz, el asesinato de Kennedy (probablemente a manos de intereses proarmamentistas). En 1963, luego de publicada “Masters of War”, Dylan se retrata de esta manera: “Sólo tengo veintiún años y sé que ha habido demasiadas guerras”. Este activo Bob Dylan, junto a Joan Baez, era referente seguro en protestas; sin embargo se dice que Dylan escandalizó a Baez afirmando que había escrito “Masters of War” porque estaba en boga entre los jóvenes estar contra la guerra, y de esa manera podía vender más. Esta aparente contradicción se agravaría con los años. En 1990, plena guerra del Golfo, Dylan afirma que “hay gente que dice que [“Masters of War”] fue la primera canción antibélica, siempre ha sido como un NO A LA GUERRA para mí”. En 1991, en la entrega de los premios Grammy, Dylan toca la canción. Algunos pensaron que fue un gesto valiente de su parte; otros no dejaron de notar que la voz pastosa de Dylan obstruía por completo la comprensión de la letra para quien no la conociera, y hubo mucha gente que ni siquiera reconoció que se trataba de “Masters of War”. En 2001, cuando ya era clara la posición de George W. Bush, Dylan retrocede para afirmar que su ánimo al escribir la canción no era contra la guerra, sino contra los intereses creados por la guerra. En una entrevista (ya pasados cuarenta años desde su primer declaración), Dylan habla:

Tomemos, por ejemplo, “Masters of War”. Cada vez que la canto, alguien escribe que es una canción en contra de la guerra. Pero no hay sentimiento en contra de la guerra en esa canción. No soy un pacifista. No creo que nunca lo haya sido. Si se observa de cerca la canción, se trata de lo que estaba diciendo Eisenhower sobre los peligros del complejo industrial-militar en este país. Creo firmemente en el derecho de cada uno de defenderse por cualquier medio que sea necesario… uno es afectado como escritor y como persona por la cultura y el espíritu de los tiempos que corren. Yo estaba en sintonía con ellos, estoy en sintonía ahora. Ninguno de nosotros es inmune al espíritu de la época. Nos afecta, lo sepamos o nos guste o no.

Traduzco un fragmento del profético discurso de Eisenhower al que se refiere Dylan:

Un elemento vital para mantener la paz es nuestra institución militar. Nuestras armas deben ser poderosas, listas para la acción instantánea, de manera que ningún agresor potencial pueda ser tentado a arriesgar su propia destrucción.
Nuestra organización militar hoy tiene poca relación con la que conoció cualquiera de mis predecesores en tiempos de paz, o incluso los que lucharon en Korea o en la Segunda Guerra Mundial.
Hasta el último de los conflictos de nuestro mundo, los Estados Unidos no tuvieron industria armamentista. Los que hacían rejas en este país pudieron, con el tiempo y la necesidad, hacer espadas también. Pero ahora ya no podemos arriesgarnos a la improvisación por emergencia en pos de la defensa nacional, hemos sido obligados a crear una industria armamentística permantente de vastas proporciones. Sumado a esto, tres y medio millones de hombres y mujeres están directamente comprometidos en la institución militar. Anualmente gastamos más en seguridad militar que el ingreso neto de todas las empresas de Estados Unidos.
Esta conjunción de una institución militar inmensa y una gran industria armamentística es nueva en la experienca estadounidense. La influencia total (económica, política, incluso espiritual) se siente en cada ciudad, en cada municipalidad, en cada oficina del gobierno federal. Reconocemos la necesidad imperativa para este desarrollo. Sin embargo no debemos dejar de comprender sus graves implicaciones. Nuestro afán, recursos y sustento están involucrados, tal es la estructura misma de nuestra sociedad.
En los concilios de gobierno, debemos cuidarnos contra la adquisición de influencia que no esté garantizada, sea buscada o no, por el complejo militar-industrial. El potencial para un ascenso desastroso de poder desde un lugar equivocado existe y seguirá existiendo.
Nunca debemos dejar que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o nuestros procesos democráticos. No debemos dar nada por sentado. Sólo una ciudadanía alerta e informada puede forjar equilibrio adecuado de una inmensa maquinaria de defensa industrial y militar con nuestros métodos pacíficos y metas, de manera que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas.

Si uno en verdad “observa de cerca la canción”, como pide Dylan, si bien la conexión temática es obvia, es muy difícil ver cómo el prudente llamado de atención de Einsenhower pudo haber desencadenado la furia y la pasión que se puede percibir en la letra, especialmente en la última parte. Dos posibles explicaciones surgen: una, que Dylan en verdad se subió al tren del pacifismo por interés comercial, como le dijo a Baez, e, inspirado por el discurso de Eisenhower, terminó agregando una cuota de patetismo a su canción, a sabiendas que iba a ser tomada como un himno por las hordas de hippies que marchaban por la paz y la retirada de tropas de Vietnam. La segunda hipótesis plantea que Dylan fue cambiando gradualmente de opinión, para finalmente apoyar la guerra y el “ataque preventivo” de su país, sea por nacionalismo, patriotismo, miedo o, nuevamente, interés comercial. Como sea, la canción, pese a ser una de las pocas de Dylan donde se hace referencia directa a un hecho político/social puntual, sigue siendo terriblemente actual hoy, y su mensaje se resignifica en esta hora. Recientemente, en Noviembre de 2004, un grupo de alumnos cantó “Masters of War”. El Servicio Secreto fue a investigar: para el gobierno, estaba explícito el deseo de esos jóvenes de querer asesinar a George W. Bush. La canción es la misma, como decía Led Zeppelin, pero, para parafrasear a Dylan nuevamente, nadie es inmune al espíritu de la época.