El monólogo interior

El monólogo interior

Marilyn Monroe y James JoyceSí, claro, los sueños. Sé que son importantes. Pero usted quiere que yo haga asociación libre con los elementos del sueño. He quedado en blanco, como antes. Más resistencia para que usted y el doctor Freud se quejen.
He leído las “Notas introductorias” de Freud; Dios, era un genio. Hace que sea tan fácil de entender. Y tiene tanta razón. ¿No fue él quien dijo que Shakespeare y Dostoievsky entendían más de psicología que todos los científicos juntos? Mierda, claro que entendían más.
Usted me pidió que leyera los meandros mentales (qué palabras uso, ¿eh?) de Molly Bloom para tener una idea de qué es la asociación libre. Fue cuando lo hice que se me ocurrió la gran idea.
Al leerlo, algo me molestaba. Aquí Joyce escribe lo que una mujer piensa para sí misma. ¿Puede saber, sabe realmente sus pensamientos más profundos? Pero luego de haber leído todo el libro, llegué a entender que Joyce es un artista que logró penetrar el alma de la gente, hombre o mujer. En verdad no tiene importancia si Joyce no tiene… o nunca sintió los dolores menstruales. Espere. Como ya seguramente se dio cuenta, estoy haciendo asociación libre y voy a decir unas cuantas malas palabras. Por respeto a usted, nunca he sido capaz de decir las palabras que realmente estoy pensando cuando estoy en sesión. Pero ahora voy a decir lo que se me ocurra, no importa lo que sea.
Puedo hacerlo por la idea que tuve acerca de la cual, si es paciente, ya le voy a contar. Qué gracioso. Yo le pido que sea paciente, pero yo soy su paciente. Aún así ser paciente y ser una paciente tiene una especie de sentido shakespeariano, ¿no es verdad?
Volviendo a Joyce. Para mí Leopold Bloom es un personaje central. Es el judío despreciado, casado con una irlandesa católica. A través de ellos Joyce desarrolla mucho de lo que quiere decir. ¿Piensa usted también que la escena donde Bloom observa a la niña en la hamaca es la más erótica del libro?
Al leer lo que discurría Molly, se me apareció la IDEA. Buscar un grabador. Ponerle cinta. Encenderlo. Decir lo que estoy pensando, como hago ahora. Es muy fácil. Estoy tirada en la cama, sólo tengo puesto el corpiño. Si quiero ir a la cocina o al baño, aprieto el botón de detener la cinta y comienzo de nuevo cuando quiero. Y hago asociación libre. No hay problema.
¿Se da cuenta, no? Los pacientes no lo pueden hacer en el consultorio del doctor. El paciente está en su casa con un grabador…
Bueno, ahí tiene algo para la próxima vez, doctor.
Buenas noches.