Un arte espectral (Norman Mailer)

Un poco como el “Ser escritor” de Abelardo Castillo que reseñé recientemente, este es un libro bastante informal y desestructurado sobre el oficio del escritor. Sin embargo, este volumen es algo más grueso, e infinitamente más autorreferencial. Todo lo que dice pasa por Mailer: cuenta minuciosamente sus propias experiencias en cada una de sus novelas, cómo encontró y enfrentó sus temas, qué le pasó cuando llegó el éxito, en fin: el libro no es tanto lo que ofrece el subtítulo, “reflexiones sobre la escritura”, sino “reflexiones sobre cómo Norman Mailer escribe”. La premisa no estaría mal si Mailer fuera un escritor de envergadura: si valiera, digamos, al menos la mitad de lo que él cree que vale. Leyéndolo me dio la sensación de estar leyendo un manual de literatura y oficio escrito por Stephen King.
También está representado en el libro el Mailer crítico: de cine (naturalmente a partir de sus propias experiencias en Hollywood), de pintura, de literatura. Hay un largo y meandroso texto sobre “Ultimo tango en París”, donde entiende mal durante varias páginas las ideas básicas tras la trama que mueve a Brando y a Schneider. Habla de Picasso, de Borges, de Hemingway, de Faulkner, de D. H. Lawrence, de Tolstoi, pero dice menos de ellos que de Mailer. Siempre termina hablando de sí mismo, y uno cuando toma un libro busca una conversación, no un monólogo, que además siempre dice “mírenme”.
No quiero dejar de notar algo sorprendente: la pésima calidad de la traducción. Sorprende porque la hizo Elvio Gandolfo. Casi no hay frase que no deje traslucir la estructura sintáctica original del inglés, casi no hay frase que no contenga alguna palabra de esa lengua imaginaria que es el castellano enseñado por los malos doblajes, casi no hay frase que uno inconscientemente no quiera corregir. Nada suena natural: conviven en una misma línea el español neutro de México, el traductorés y las malas palabras de Buenos Aires. Parece una traducción hecha por un aficionado, no por el hombre tras la fama de Elvio Gandolfo. Un horror inesperado.