Borges traduce “Enoch Soames”

El rumor de que Borges omitió “un buen puñado de páginas” en su traducción del cuento Enoch Soames de Max Beerbohm prodigó en España el año pasado una nueva (y contingente) edición del relato, traducida esta vez por Juan Pedro Aparicio. Ya que la versión original de Borges también está en esa Antología de la Literatura Fantástica desde la cual analicé en el post anterior la traducción del cuento de Kipling, sigo en la misma vena y dejo algunas anotaciones.
Nuevamente el primer sobresalto (menor) viene en la primera frase del relato:

Beerbohm:

When a book about the literature of the eighteen-nineties was given by Mr. Holbrook Jackson to the world…

Borges:

Cuando el señor Holbrook Jackson publicó un libro sobre la literatura de la penúltima década del siglo XIX…

Indudablemente esa “penúltima década” ha de deberse a un descuido (Aparicio la traduce bien). Pese a la observación que propicia la nueva edición, en este caso no hay grandes omisiones en la traslación borgeana, como en el caso de Kipling, aunque sí algunas palabras fortuitas desaparecen para mejorar la legibilidad. Este sería un buen ejemplo de tal procedimiento:

Beerbohm:

Soames sitting haggard in that hat and cape, which nowhere at any season had I seen him doff…

Borges:

Soames, pálido, con la capa y con el inevitable chambergo…

Borges cambia ese predicado al sombrero que dice que “en ningún día de ninguna estación del año he visto sacárselo” por el adjetivo “inevitable”. No deja de llamar la atención la elección de “chambergo”.
También los borgismos aparecen, a veces justificados por el texto, como aquí:

Borges:

…en “y tampoco” había una curiosa felicidad.

“Curiosa felicidad” es una frase muy borgeana, tanto que el viejo la usó en su último cuento, La Memoria de Shakespeare (“Durante una semana de curiosa felicidad, casi creí ser Shakespeare”), y sin embargo está ahí, literalmente, casi anómala en inglés, en el original:

Beerbohm:

…and “nor not” instead of “and” had a curious felicity.

En otro caso, pinta la traducción con su estilo característico:

Beerbohm:

I found in the preface no clue to the labyrinth of contents, and in that labyrinth nothing to explain the preface.

Borges:

El prefacio no contenía la clave del exiguo laberinto; el laberinto, nada para explicar el prefacio.

La redacción fue cambiada sutilmente a la manera de Borges; el adjetivo “exiguo” no figura en el texto fuente; “los contenidos” del laberinto fueron suprimidos. Así, la nueva traducción española dice:

Aparicio:

Ni en el prefacio encontré clave alguna que me explicara el laberinto de los contenidos; ni en éstos una luz que me iluminara el prefacio.

Esta traducción es harto más literal, pero también estilísticamente harto más pobre, y la comparación de ambas es una excelente muestra de la creatividad del Borges traductor, poniendo de manifiesto el hecho esencialmente inútil de requerir una nueva versión.
Otra característica del cuento es la intercalación de galicismos. El cuento está ambientado en la bohemia literaria de Londres, y sus cultos personajes matizan sus conversaciones con frases en francés, en bastardilla en el original, sin traducir. Este bilingüismo a veces marea a Aparicio:

Beerbohm:

“Nothing is bad for one,” answered Soames. “Dans ce monde il n’y a ni bien ni mal.”

Aparicio:

Nada puede hacerme mal -respondió Soames-. Dans ce monde il n’y a ni bueno ni malo.

La similitud del francés con el castellano lo confundió, y prefirió sacar las bastardillas del final de la frase, corrigiendo las palabras inexplicablemente. Volviendo a la traducción de Borges, llama la atención que se cuelen algunas palabras en francés que no estaban en un principio, que quizás debamos más a Bioy:

Beerbohm:

John Lane had published, by this time, two little books of mine, and they had had a pleasant little success of esteem.

Borges:

John Lane me había publicado dos libros y éstos habían obtenido un agradable succès d’estime.

Esa última expresión en francés copia literalmente a la del inglés, en vez de traducirla al castellano. O esta otra, más difícil de justificar:

Beerbohm:

…had now been more or less abandoned in favor of some later find.

Borges:

…estaba más o menos abandonado a beneficio de alguna trouvaille posterior.

No hay que olvidar que, igual que en la época que se escribió el cuento, en la época que se hizo la traducción el francés, y no el inglés, era la lengua culta.
Para terminar, una curiosidad. El personaje que da nombre al cuento viaja al futuro y trae copiado un artículo con la “obscena ortografía” de fines de siglo XX, completamente fonética. Naturalmente esto requiere una adaptación importante de parte del traductor, ya que dicha invención recae en el consabido hecho de que la pronunciación inglesa difiere notablemente de su contrapartida escrita. Borges se las arregla para producir un texto fonético jugando con las letras que suenan igual en español, y hasta aquí todo bien. Pero se llega a un punto del relato donde, a fin de lograr leer dicho texto, el narrador dice que “murmurando las palabras en voz alta podía descifrarlas poco a poco”, es decir:

Beerbohm:

I found that by murmuring the words aloud…

pero la traducción de Borges va más allá aportando algunos ejemplos concretos, y agrega un singular y ácido comentario, completamente inventado en la traducción:

Borges:

Descubrí que dando a la “h” el valor de la “j” y a la “q” el de la “c” fuerte (artificios que demuestran la progresiva incompetencia de los filólogos)…