El Libro del Seductor

Si no fueras su víctima, este libro y este cuerpo
te entretendrían con su arrogancia. Te harían reír.

Al no ser su víctima, no sentirías el dolor de la Traición.

Este libro comienza bien,
todo es claro y positivo.
Se siente confianza.
Vas a morder la carnada que es fresca y divertida también,
que habla también de tu frescura y de tu diversión,
que seduce por ser un espejo de tus vanidades.
Nunca pensaste que podrías ser tan inteligente papel de plata
para reflejar tal inteligencia.

No es sorprendente que te impresione.
El proceder sin trabas de su personalidad es un astuto mecanismo.

Este es el cuerpo bien lavado de un libro.
Se sienta derecho a su mesa
que es tu crédulo regazo.
Presiona cerca de tu pecho que esconde
un crédulo corazón.

Y luego, cuando es tiempo de cumplir sus promesas,
o de otra manera el suspenso se tornaría cansador y sobre estirado,
se huele a rata,
el elefante de una rata, una rata como un
elefante que a la vez se quema y se ahoga. Demasiado tarde. Demasiado tarde para retroceder.
Tu corazón está abierto. El libro te ha atrapado.
Tu cuerpo está abierto de par en par. Esta rata de libro ha invadido tu privacidad.
Ha inquietado sus sentimientos hacia tus entrañas por cada íntimo pasaje.

Te doblaste y te sofocaste ante el golpe
con la más grande de las vergüenzas,
e intentaste incorporarte, aún pensando
“¿cómo pudo haberme engañado tan fácilmente?”

Has de cerrar el libro de un golpe.
Demasiado tarde.
Tiene el sucio pie del engaño en tu boca,
su roer te ha agarrado.
Serás culpable embarazada con su tarjeta de presentación,
su progenie de niño que ya se quedó sin palabras.